Against the maxi-prison and the world that needs it

2015/10/30

Fuego a la macro-carcel [Agosto 2015]

Filed under: Castellano — lacavale @ 17:33

Ya pasó un buen rato desde la primera y última contribución de los compañeros de Bruselas sobre la lucha contra la construcción de una macro-carcel. La idea de esta segunda contribución no es repetir los mismos elementos de análisis básicos que se pueden encontrar fácilmente en el primer número de Avalancha, sino intentar profundizar ciertas problemáticas sobre esta lucha en particular y sobre la lucha insurreccional en general.

Actualmente estamos en un punto en que ya pasaron dos años y medio de lucha contra este proyecto mórbido del Estado. Algunas viejas complicidades se han roto, otras nuevas se han forjado. Perdimos algunas ilusiones, lo que nos permitió tener una visión más clara sobre lo que hay que hacer, ofreciéndonos la oportunidad de afilar nuestras ideas y prácticas. Solamente llevando las ideas a la práctica puede uno buscar los medios adecuados para superar ciertos obstáculos, una verdadera confrontación entre el fantasma y la realidad es lo que nos acerca a una mejor comprensión de cómo poner el fuego a la pólvora y a un esclarecimiento del sentido de nuestras ideas.

Cambios en el contexto social

Durante el año pasado, ciertos elementos en el contexto social en que actuamos han cambiado y merecen un poco de atención.

Antes que nada, desde el invierno pasado el ejército reapareció en la calles belgas, protegiendo permanentemente los símbolos de posibles ataques islamistas. Después del asesinato de los presuntos islamistas en un asalto de la policía en una casa en Verviers, la alerta terrorista contra la policía y los comisariados alcanzó su máximo nivel. Como consecuencia, durante varias semanas, la policía de Bruselas no patrullaba individualmente sino siempre con dos autos, y hasta ahora hay policías armados con ametralladoras frente a las comisarías, policías que controlan cada entrada a los palacios de justicia, policías que recorren las calles con ametralladoras.

Además de la avanzada represiva (el clima de anti-terrorismo ha conocido muchas otras “avanzadas” de ese tipo), nos gustaría fijar nuestra atención a dos movimientos de agitación social. Primero las protestas contra las medidas de austeridad, generalmente muy dirigidos por los sindicatos reformistas lameculos, pero que salieron del control en noviembre del 2014. Miles de personas de diferentes horizontes se enfrentaron a la policía durante varias horas en ocasión de algo que por lo general es considerado un desfile ultra aburrido de los sindicatos. Este acontecimiento, que ocurrió en la frontera de diferentes barrios en los cuales hacemos un trabajo de agitación, puede considerarse como un poco de aire fresco en el contexto represivo pacificado de Bruselas. Una moto de la policía incendiada en reacción a la brutalidad policial que fue el inicio de todo, 112 policías enviados al hospital, un par de autos utilizados como barricadas, vandalismo. Si bien ese momento de alegría fue severamente condenado por los sindicatos (entre ellos, algunos incluso colaboraron con la policía), también ha demostrado a muchos que la rabia y el deseo de revuelta brotan debajo del proyecto pacificador de los sindicatos.

Además, durante el año pasado, se amplió un movimiento de coordinación de gente indocumentada, abriendo caminos a manifestaciones (hay que mencionar que hubo una manifestación salvaje luego de una detención, algo muy excepcional), ocupaciones, protestas, etc. Sumada a la reivindicación de una regularización general, la crítica de las fronteras está presente, igual que la atención sobre la fosa común que es el Mar Mediterraneo, la voluntad de cerrar los centros de detención y de frenar toda deportación. Consideramos pertinentes para nuestra lucha estos dos signos de agitación social mencionados aquí, construyendo puentes entre nuestra lucha y la agitación que nos rodea. No buscamos educar a nadie, sino más agitación en la calle, en el mejor de los casos de la misma manera que nosotros imaginamos las intervenciones para aumentar el conflicto, intentando abrir el horizonte hacia una situación más explosiva.

Un último elemento a tener en cuenta es la ocupación ZADista (1) del terreno de la futura cárcel, una coalición de vecinos ciudadanistas, militantes ecologistas, zadistas de todas partes y un par de individuos con quienes compartimos un poco más así como algunos compañeros, pero esta historia es tan desastrosa que no vamos a comprometernos en ella ahora. Enseguida volveremos a esta tema, cuando hablemos de desolidarización.

Una base sólida

Se puede decir que en dos años y medio de agitación (con distintos instrumentos) se ha construido una base sólida con la cual se puede imaginar mucho en algunos barrios. Sin duda hemos roto con el silencio que rodeaba este proyecto del Estado con nuestros propios instrumentos (aún si seguimos encontrando gente que nunca ha escuchado hablar de la macro-carcel, podemos decir que la palabra macro-cárcel entró en el lenguaje común en ciertas partes de Bruselas, demostrando la importancia de lo que un pequeño grupo de compañeros puede hacer, conscientes que macro-cárcel es un nombre inventado que marcará la cárcel con un sabor a lucha aún si la construcción seguirá adelante) y la propuesta de auto-organización y de acción directa contra esta cárcel y sus responsables está circulando. La difusión del periódico mensual “Ricochets” se hace sentir. Después de algunos momentos de referencia en la lucha (una ocupación en el 2013, un intento de manifestación y la ocupación policiaca del barrio en el 2014), varios compañeros decidieron abrir un espacio de referencia en el barrio popular de Cureghem (Anderlecht). En “Le Passage” hay permanencias, discusiones, cenas y otras actividades alrededor del tema de la macro-cárcel y el enfrentamiento en general, generando una esfera para personas de diferentes horizontes para encontrarse y orientar su rechazo a la avanzada represiva y a la lógica estatal en general. El que quiere hacer una evaluación cuantitativa del proyecto, enumerando la cantidad de personas que pasa cada vez que está abierto el local, no ha comprendido nada el sentido cualitativo del espacio. No hablamos de las masas, nos referimos a encuentros interesantes entre rebeldes, espíritus críticos, insatisfechos y anarquistas que discuten los instrumentos para rechazar este mundo. Cuando de repente gente que nunca debería encontrarse se encuentra en el contexto de una lucha, se produce algo interesante. Y aquí no hablamos del encuentro de representantes de grupos políticos, sino entre individuos que entienden la necesidad de oponerse a este proyecto y al Estado de manera directa. Por supuesto, la lucha no se da entre las cuatro paredes de una habitación y el interés de un espacio de encuentro y coordinación como éste depende de la calidad del combate en la calle.

Entonces las noticias de la lucha recorren las calles de ciertos barrios a través de afiches o de boca a boca (resultando a veces en historias muy exageradas, por ejemplo transformando un pequeño enfrentamiento con la policía en disturbios o la destrucción de los vidrios de una oficina ingeniera colaboradora en una ametrallada), informaciones sobre hechos que no aparecen en los medios de comunicación (como enfrentamientos con la policía) llegan a nuestros oídos a través del local. Participar en ciertas dinámicas de esos barrios abre perspectivas de comprensión mutua y de solidaridad.

El silencio de los mass media

La policía por su lado, no aprecia lógicamente los intentos anarquistas de agitación social y de insurrección y por supuesto no piensa hacer propaganda a favor de la propuesta de auto-organización y de sabotaje contra esta macro-cárcel. Sin embargo, el silencio mediático se rompió recientemente en varias ocasiones (si no contamos los repetidos intentos del comité ciudadano de habitantes de Haren – donde se planea construir la cárcel – de atraer la atención de los medios sobre su programa político, contra lo que ellos siguen llamando la “mega-cárcel”). En la espera de las últimas reuniones entre personas importantes para finiquitar los documentos oficiales para los últimos permisos necesarios antes del inicio de las obras, el arquitecto principal de la macro-cárcel comienza a lamentarse en todos los medios que lo quieren escuchar con su historia sobre un artefacto incendiario (liquido inflamable + gas) depositado frente a su domicilio el invierno pasado (o sea, varios meses antes de que los medios lo publicaran!). Aunque en la primera entrevista el imbécil niega toda responsabilidad, después cambia de táctica y declara que no entiende qué puede tener de malo la construcción de las cárceles. Aquella noticia desencadena el apetito sensacional de los buitres mediáticos, que hablan por primera vez de las acciones directas cometidas contra los que hacen ganancias con este proyecto, apuntando el dedo acusador hacia los anarquistas que son llamados terroristas. El infame arquitecto declara que todas las empresas involucradas han tenido problemas antes.

En medio de la histeria (periodistas descubren la existencia de un anarquismo militante, así como una lucha de dos años y medio contra el Estado y su programa represivo para Bruselas), lo domicilios de varios miembros de la comisión que debe dar permiso para la construcción son grafiteados. Los pelotudos responsables se asustaron y al menos uno de ellos anunció públicamente su renuncia. La reunión de consulta pública está completamente rodeada de policías y solamente se puede asistir después de un control de identidad y de los bolsos. La mitad de los miembros de la comisión están sentados en la oscuridad para que los medios de comunicación no pueden fotografiar sus rostros. Por último, en medio del espectáculo mediático, un grupo de 15-20 personas (según los medios) penetró la Agencia (estatal) de Edificios y destruyó la maqueta de la futura cárcel de una buena vez! Tal vez nuestro querido amigo y arquitecto Wachtelaer ha entendido que no debería llorar ante las cámaras a sabiendas que el eco de una acción inspira otras acciones. Después de este episodio, la decisión de la Comisión se ha retrasado varias veces y algunos políticos han declarado públicamente que ellos en realidad también están en contra del proyecto (sí, claro!), hasta el día de los allanamientos realizados por la policía antiterrorista en cuatro casas de compas y en “Le Passage”.

Antes de llegar a este punto queremos clarificar que incluso si los mass media evidentemente tienen un alcance muy amplio (presos entre ellos), el espectáculo consume todo lo que toca y que son las prácticas autónomas de noticias e ideas distribuidas por compañeros así como las discusiones entre individuos (compañeros o no) las que dan un sentido real a la lucha y no el eco mediático propagado por los buitres que carecen de excitación en sus miserables vidas. Para cerrar este capítulo sobre los mass media queremos destacar que al menos tres ciudadanos de Haren se han distanciado públicamente de todo acto de vandalismo, y esto en nombre de todos los habitantes del pueblo (y bueno, no ponemos en duda su voluntad de ser políticos ellos mismos), así como lo hicieron dos ocupantes de la ZAD en nombre de su ZAD (pues sí). Para todos los que están convencidos del uso de la acción directa, parece sabio mantenerse lejos de los politiqueros que prefieren hablar con los magistrados (que de hecho por su lado también comenzaron a oponerse al proyecto, que mierda!) antes que con las personas destinadas a ser encerrados en esta futura atrocidad. Esta clase de personas son un peligro para cualquiera que quiera arrojar una piedra y deberían ser reconocidos como tal. El discurso del Estado “de buenos y malos” es tomado muy a pecho por estos bastardos.

Allanamientos

Unas palabras acerca de los allanamiento que tuvieron lugar con el pretexto de “incitación a cometer un acto terrorista” y “pertenencia a un grupo terrorista”. La policía registró las casas de cuatro compas y el local “Le Passage”, vaciando por completo los lugares de cualquier material de agitación: stickers, carteles, volantes, folletos, periódicos entre otros. Este acto de sabotaje es una señal clara de que el Estado declara abierta la represión contra nuestro proyecto insurreccional. Nos quieren paralizar y asustar a la gente que de alguna forma se levanta contra el sueño del Estado de construir cárceles por todos lados. Quieren ahuyentar a la gente de Le Passage, quieren que tengan miedo de decir lo que piensan, quieren condenar cualquier conversación sobre el ataque contra los bastardos de este mundo, quieren eliminar las ideas de rebelión. Frente a este terrorismo de Estado hay solamente una respuesta posible: continuar oponiéndonos con todo nuestro corazón. Mientras todavía estamos fuera tenemos que hacer todo lo posible para romper la paz social en este podrido corazón de las tinieblas, en la capital de Europa, donde vemos las contradicciones de este sistema de represión y pobreza, riqueza y poder delante de nuestras narices dondequiera que vayamos.

En respuesta a los allanamientos, los compañeros se encontraron en una dinámica entusiasmante y prepararon un mitin para algunos días después. La policía ocupó una vez más el territorio para intimidar y asustar a la gente. Hay que decir que la policía es molesta, pero no olvidamos las palabras de aliento de un hombre que hemos encontrado durante la distribución de panfletos que llamaba al mitin: “Me saco el sombrero. Ustedes todavía tiene el coraje. Hay un montón de derrotismo aquí, y la gente incluso tiene miedo de decir lo que piensa.”

Y entonces…

Esta lucha nunca fue ni obvia ni fácil y en el futuro sin duda tampoco será fácil. Es una lucha basada en muchos años de actividades de agitación llevada a cabo por compañeros sobre las cárceles, los centros cerrados para inmigrantes etc. El Estado hará todo lo posible no sólo para poner a gente en la cárcel, sino para destruir todo lo que se ha construido con tanto esfuerzo para borrar la historia del anarquismo insurreccional y combativo. Además, no siempre son notorios los signos de inquietud social porque están ocultos, son silenciados por la policía o pasan desapercibidos debido al aislamiento social, que es una condición de la era moderna.

Pero incluso si no siempre somos conscientes de las consecuencias de nuestras acciones, desalentados por una atmósfera de aparente resignación general, espantados por la policía, … Bruselas hierve de rabia y debemos estar preparados. El contexto social de este pequeño país en el que vivimos se encamina hacia un desastre (si no lo estamos viviendo ya en este instante) y uno puede estar seguro de una futura explosión. La macro-cárcel es sólo un detalle en este cuadro grande, pero el ataque contra los responsables es una clara indicación para cualquier persona en conflicto contra el Estado y sus prácticas cotidianas humillantes. Esta lucha puede ser una referencia de auto-organización para el ataque contra las condiciones miserables y contra las instituciones sofocantes, y existe en la imaginación y la memoria de la gente. La lucha puede dar coraje a otros deseosos de luchar sin políticos o compromisos, cansados y hartos de este mundo. Eso es lo que el Estado pretende aplastar, es por eso que nos jugamos. Hay potencial en esta lucha, una dimensión social que puede volver las cosas incontrolables. Hay tantas personas que han leído los folletos, que vieron los carteles, que han escuchado hablar y discutir sobre la lucha contra esta prisión. Todo esto crea un pantano en el que se hace difícil para la policía entender lo que está sucediendo, y las semillas de las ideas están germinando en la mente de muchos.

Seamos claros: la lucha contra la macro-cárcel no es una lucha de los anarquistas contra el Estado, es una lucha de rechazo social contra los ataques diarios del Estado, en contra de una vida entre cuatro paredes en una ciudad prisión. Este rechazo social puede convertirse en bardo en cualquier momento, hacer huir a su policía, hacer que los politiqueros se meen en los pantalones como hemos visto antes en Inglaterra, Siria, Turquía, Estados Unidos y muchos otros lugares. Si en esos momentos de auto-organización masiva ya están presentes algunas ideas específicas sobre cómo y dónde golpear al enemigo, el Estado está en serios problemas. Por lo tanto no hay que ceder ante la presión de la policía o comenzar a ocultar nuestras ideas. Porque nuestras ideas son más poderosas que la dinamita, son semillas que pueden ayudar a que las cosas se pongan realmente fuera de control. La propagación social de la auto-organización y de la acción directa es la peor pesadilla del Estado y de todos aquellos que quieren controlar la protesta.

(1) ‘Zona a defender’, como p.e. la ZAD de Notre-Dame-des-Landes, Francia, donde activistas ocupan terrenos y casas para evitar la contrucción de un aeropuerto.

[Publicado en Avalanche, correspondencia anarquista, n°5]

2015/08/13

Rompamos los barrotes [Mayo 2015]

Filed under: Castellano — lacavale @ 12:17

Todos en fila. Así nos quieren, del primer al último aliento. En fila en las aulas, en las cajas de los supermercados, en el curro; en fila en la carretera, frente a las ventanillas de la burocracia, en las urnas…hasta llegar a la última fila, la de las tumbas en el cementerio. Toda una existencia arrastrándonos -los músculos sólo se contraen para arrodillarse, los corazones sólo desean la mercancía- en la seguridad de una prisión.

Porque nuestras ciudades parecen prisiones, y cada espacio programado para estar vigilado, controlado, patrullado. Los habitantes son como detenidos escoltados por la explotación capitalista y esposados por las obligaciones sociales, constantemente observados por la videovigilancia; todos con la misma ilusión de evadirse consumiendo las sensaciones bien calculadas emitidas por las pantallas omnipresentes.
Esta sociedad carcelaria promete el bienestar, pero perpetua las masacres, como lo demuestran los sueños ahogados de quienes intentan entrar y los cuerpos bombardeados de quienes se revueltan a sus puertas. Quien toma la libertad de no mendigar y de trazar su propio camino, deberá enfrentarse a un ejército de políticos, magistrados, policías y periodistas.

Si en Bruselas una nueva maxi-prisión está en fase de construcción, en Atenas se impone un régimen especial a los presos combativos; si en París se coloca la primera piedra del nuevo Palacio de Justicia, en Zurich y Munich otros monstruosos Centros de Justicia y de Policía están en marcha; si los poderes se ponen de acuerdo más allá de las fronteras para aplicar estrategias contrainsurrecionales, los laboratorios de investigación y la industria de la seguridad se mueven a una velocidad superior para fabricar la paz social. Y por todas partes, desde España, pasando por Italia y Grecia, la represión se cierne sobre cualquiera acusado del crimen más intolerable: acabar con la obediencia e incitar al resto a hacer lo mismo.

Las grandes obras de la represión no reciben más que aplausos, silencios o lamentaciones. A veces éstas tropiezan con una decidida hostilidad. Es el caso, por ejemplo, de la prisión belga más grande en construcción, cuyo proyecto tiene una historia llena de acciones directas contra todos aquellos que colaboran, desde las instituciones públicas a las empresas privadas. Desde la pintura a las piedras, desde los martillos a las llamas, desde la destrucción al sabotaje, un universo de ataque que rompe todo código penal, todo cálculo político, toda complacencia con el Estado. Si los defensores del orden quieren sofocarla, es que esta sed de libertad puede volverse.

El ser humano no ha nacido para estar encerrado, la cabeza baja, esperando el permiso para vivir. Levantar la cabeza, armar el brazo y desafiar el poder: es ahí donde empieza la vida; haciendo saltar todos los barrotes.

[Cartel internacional, Mayo 2015]

Bases de la lucha contra la construcción de una macro-cárcel en Bruselas [Febrero 2015]

Filed under: Castellano — lacavale @ 12:15

Para contar la elección que algunxs compañerxs anarquistas han tomado de empezar una lucha específica contar la construcción de una macro-cárcel en Bruselas, nos parece necesario proporcionar algún elemento de análisis sobre las transformaciones que está sufriendo la ciudad, además de hacer un breve repaso sobre las revueltas, los motines y las luchas que ha habido dentro de las cárceles belgas en los últimos años.

El contexto de Bruselas, una metrópoli europea en construcción

Contrariamente a la imagen de una capital europea segura y bastante mortífera que las autoridades intentan crear, las contradicciones sociales también están presentes. Como en otros lugares de Europa, las condiciones de supervivencia en los barrios populares van disminuyendo. Para acabar con los disturbios de los barrios, disturbios que cuantitativamente aún no están muy extendidos pero ya son importantes; con la criminalidad de la que depende una parte cada vez mayor de la población de Bruselas para asegurarse la supervivencia; y más en general con el rechazo, quizás no generalizado pero muy palpable, de las autoridades, de las fuerzas del orden y de la legalidad, el poder ha lanzado una verdadera ofensiva. Esta ofensiva para «pacificar Bruselas» tiene múltiples aspectos.

En primer lugar, hay los numerosos proyectos para la restauración del espacio urbano, según los dueños del control social y del capitalismo. Construcción de centros comerciales; ampliación de nuevos barrios en terrenos abandonados e industriales, ampliación de la «zona europea» donde están concentradas las instituciones de la Unión Europea, construcción – sobre el modelo de una metrópoli – de una RER (Réseaux Express Regional) que comunique Bruselas con las ciudades medianas y a los países de los alrededores y, obviamente, restauración de los barrios pobres con proyectos de construcciones de lujo favoreciendo la invasión de todos los servicios necesarios para la clase media.

En segundo lugar, asistimos a un recrudecimiento de la represión. Los efectivos policiales aumentan rápidamente, haciendo de Bruselas la ciudad Europea con el mayor número de policías por 100 habitantes. Estos efectivos están estructurados en diferentes servicios para cubrir sectores específicos: policía metropolitana, policía del barrio, brigadas antirobo, unidades especiales (para hacer frente a disturbios, a los excesos… a disposición 24 horas sobre 24). Por lo tanto, como en las otras metrópoli, asistimos a la militarización de los transportes públicos; a una videovigilancia (pública y privada) muy extendida; a una violencia brutal, sistemática y homicida de la policía; a un aumento de la gestión de la prensa con la finalidad de limitar y censurar los efectos del enfado y de las revueltas… Se sobreponen así las construcciones de diferentes defensores de la represión, como el nuevo barrio general de la Policía Federal en el corazón de Bruselas, la construcción de la nueva sede Nato y finalmente la construcción de la prisión más grande de Bélgica en el territorio de Bruselas (además de las 12 nuevas cárceles ya acabadas, en obras o previstas).

En tercer lugar, también hace falta tener en cuenta la degradación general de las condiciones de supervivencia para mucha parte de la población en Bruselas. A los ojos del poder, hay una entera población que se vuelve cada vez más “superflua” para la economía, y que les conviene reprimir o
expulsar de la metropoli europea que se está creando. El desmantelamiento del estado social en curso (abolición de la desocupación y de varias ayudas, empeoramiento de las condiciones de trabajo) aumentará las contradicciones sociales. En todos los barrios de Bruselas los desempleados ya son mas del 25% y, según evaluaciones oficiales, un ciudadano sobre tres vive de subsidios por debajo de los límites de pobreza.Más que sobre los partidos políticos, la ofensiva del poder se apoya masivamente sobre los numerosos proyectos de ciudadanía, de educación y de prevención repartidos en los cuatro ángulos de Bruselas para prevenir cualquier desorden. Al mismo tiempo, gracias a todos los medios de propaganda y
de distracción, intenta eliminar de la memoria las revueltas, los disturbios o las protestas que Bruselas ha conocido. Esto hace que muchas personas se hundan en un presente sin sentido, sin pasado y sin un prometedor futuro, dejado en las manos de las mentiras y las deformaciones del poder. Mas en general, como en otros países europeos, esta lucha interviene en un contexto de «austeridad», es decir de frente a remodelaciónes económicas que van de la mano con una gestión del conflicto social. Cada sistema que atraviesa una remodelación corre un cierto riesgo. Para prevenir o poder responder adecuadamente, los Estados remodelan incluso la extensa esfera represiva. Intensificar el control social, suprimir las amenazas subversivas, construir nuevas cárceles y centros de detención, aplicar de manera cada vez mas normalizada las tecnologías de control, formar nuevas unidades de policía y del ejercito para intervenir en los desordenes… Aún que las formas de remodelación sean diferentes en cada región, la lógica es la misma: si la producción de paz social ya no está garantizada, la repressión se prepara para responder a cada alzamiento de la guerra social.

La decisión de llevar a cabo una lucha específica contra la construcción de una macro-cárcel

Des del 2006 hasta al 2011, las cárceles en Bélgica han sido sacudidas por decenas de motines, de revueltas y de evasiones. Esta agitación dentro de los muros también ha encontrado respuestas solidarias fuera, tanto por parte de anarquistas como por otrxs rebeldes. Sabiendo además que muchas personas, y cada vez más a menudo, entran y salen de la cárcel, esto es muy presente en diferentes barrios de la ciudad.

Teniendo en mente que no hay pocas experiencias en el terreno de la lucha contra la cárcel, ahora sepodrían explicar que elementos han llevado a lxs compañerxs a elegir seguir una lucha específica yproyectar contar la construcción de la macro-cárcel. Antes de todo, este proyecto de lucha quiere ser un recorrido de lucha autónoma, basado en nuestras perspectivas y nuestra temporalidad, en nuestras análisis e ideas. En este sentido, no se trata de una campaña para afrontar una situación particular, ni de una intervención anarquista en un movimiento de protesta más largo. Hemos decidido enfocar la lucha así porqué nos parecía lo más adecuado para lo que podíamos hacer aquí y nos permitiría juntar nuestras ideas, nuestras análisis y nuestros métodos de lucha en una perspectiva insurrecta.

Con esta elección queríamos emprender una lucha capaz de incluir todos los aspectos de la ofensiva del poder que hemos resumido y al mismo tiempo permitirnos desarrollar un proyecto insurrecta, o sea la elección de un terreno potencialmente preparado para difundir o desencadenar las hostilidades contra un proyecto visible y palpable del poder y que se proponga crear las condiciones de lucha para poder destruir estos proyectos. Creemos que durante su desarrollo una lucha así también puede turbar los otros aspectos
de la ofensiva del poder, y proporcionar una metodología de lucha (autoorganización, conflicto permanente y ataque) a quién quiere golpear al sistema.

El resumen de nuestras actividades de los últimos tiempos podría parecer un poco “esquemático”, con el riesgo de hacer creer que todo corresponde a un plan preestablecido. Si las discusiones sobre la perspectiva de esta lucha han tomado mucho tiempo y de algún modo han permitido elaborar a grandes líneas el proyecto de lucha, queremos aclarar que las actividades son fruto de discusiones permanentes, de iniciativas autónomas, de propuestas críticas, de encuentros con otrxs rebeldes y de ocasiones que han sido
aprovechadas.

A partir del diciembre 2012, hemos intentado estar presentes en diferentes barrios de Bruselas, uniendo la propuesta de luchar contra la construcción de una macro-cárcel a la crítica de las transformaciones en curso a Bruselas y de la cárcel en sí y por sí. Una parte importante de las actividades consiste en difundir esta propuesta de lucha con diferentes medios autónomos (es decir sin pasar a través de ninguna mediación, permaneciendo a la larga y criticando siempre las organizaciones oficiales, sindicales y políticas [2].

Las reacciones son normalmente entusiasmantes, y estas actividades a menudo dan lugar a buenas discusiones. Han seguido varias iniciativas de lucha más «precisas» durante un tiempo determinado y sobre un terreno preciso, como por ejemplo una semana de agitación en el barrio de Saint-Gilles, un fin de semana de lucha en Anderlecht con la ocupación de un edificio vacío y un montón de actividades o incluso un manifestación autónoma y una pequeña ocupación de un terreno también en Anderlecht. Estas iniciativas han permitido tantear el terreno. También han dado indicaciones sobre la
«disponibilidad» por la lucha, la constatación que muchas personas sostienen o simpatizan
con esta, aun estando al mismo tiempo cada vez más acorraladxs para sobrevivir o por las preocupaciones cotidianas con las autoridades. Además esto ha reforzado nuestra visión no-quantitativa de la lucha: más que buscar «la masa», preferimos complicidades capaces de actuar de modo autónomo y la difusión de la revuelta. Después de las iniciativas, hemos seguido por eso reflexionando sobre la importancia y las
faltas de «momentos de reflexión» y para la exención de «puntos de referencia» para lxs que están interesadxs en la lucha o querrían encontrar a las personas para compartirla, y sobre como crear espacios de lucha en que, no solo lxs anarquistas, sino también otrxs rebeldes, puedan reencontrarse y eventualmente coordinar alguna iniciativa de lucha. Si en los panfletos y en las discusiones hemos empezado a precisar mejor nuestra propuesta organizativa, hablando de «círculos de lucha» y de «grupos de lucha» contra la macro-cárcel, des de principios de octubre 2014 también se ha abierto en el barrio de Anderlecht un local, Le Passage. Se trata de un «espacio de información y de coordinación en
la lucha contra la macro-cárcel». Este es uno de los puntos donde las personas interesadas en luchar sobre una base autorganizada y autónoma contra la macro-carcel pueden encontrarse, profundizar la propia crítica y coordinarse con otrxs. Paralelamente, es tomando iniciativas ofensivas y fuertes en las calles como se crean «momentos de referencia» que consideramos importantes para lanzar dinámicas de lucha autónoma.

Al mismo tiempo, este proyecto de una nueva cárcel ha sido analizado, para sacar a la luz las posibles maneras de atacar. La propuesta llevada es doble: actuar contra los constructores, los arquitectos, los
financiadores, los administradores y otrxs responsables de la construcción (o sea, atacar el tejido económico, político y social que está entorno del proyecto de la macro-cárcel) y actuar en los barrios, allí donde el poder intenta imponer este proyecto y todo lo que comporta, volviéndolo incontrolable. Si el primer aspecto de la propuesta que llevamos a las calles y en esta lucha quizás no necesita demasiadas explicaciones, el segundo aspecto corresponde en efecto a la necesidad de difundir en el territorio, de manera descentralizada e imprevisible, la hostilidad contra el proyecto de la macro-cárcel y contra la transformación de la misma ciudad de Bruselas en un gran campo de concentración a cielo abierto. Las formas que esto asume y puede asumir, son en particular el sabotaje de las cámaras de vigilancia o de la iluminación pública, las acciones contra los transportes públicos que son verdaderos ejes a través de los que buscan imponer el orden, las perturvaciónes y bloqueos de la rutina cotidiana, los ataques contra los defensores del orden, los sabotajes a las obras de nuevos proyectos comerciales o represivos, las manifestaciones salvajes… Si esto contribuye a crear una atmósfera que favorece la revuelta, rompiendo el sofocante acorralamiento de la represión en los barrios, también permite apuntar a la materialidad de las “nuevas” formas de control aumentado de la población, igualmente indispensable para la explotación en estos tiempos modernos: los flujos de informaciones y de energía constituyen de hecho las arterias de cada ciudad-cárcel, arterias que pueden ser cortadas.

También hay que mencionar que el lugar donde la nueva cárcel esta prevista es justo al lado del «ultimo pueblo de Bruselas», Haren. La atmósfera ahí abajo es obviamente muy diferente de la de los barrios metropolitanos, pero creemos que también es importante tener una presencia allí abajo, aún que solo sea para mostrar que hay muchos más modos que los recursos judiciales o de las intervenciones mediáticas para impedir y sabotear la construcción de la nueva macro-carcel. Actualmente hay una ocupación simbólica sobre el futuro terreno de la cárcel, llevada a cabo sobre todo por activistas y habitantes del pueblo. La ocupación está focalizada en particular sobre la instalación local y ecológica que una nueva cárcel tendría, aunque también están habiendo criticas más amplias y maneras más autónomas de actuar.
La ocupación ha sido bautizada en diciembre “Zad” (zona da difendere) siguiendo el ejemplo de ocupaciones parecidas en Francia.

Nuestro objetivo quiere ser sin equivocaciones, tanto hacia lxs compañerxs como hacia las personas a quienes proponemos participar en la lucha: no queremos destruir este proyecto antes de que empiece, sabiendo que la destrucción es ciertamente un hecho material, pero no solamente. También son las relaciones sociales existentes las que permiten al poder realizar un proyecto así o hacer avanzar la intensificación de la explotación y del control. Luchar contra la construcción de la macro-cárcel significa pues crear también, atacando, las «condiciones» porqué estas pueden ser rechazadas, con los pensamientos y con los actos. Significa estimular la revuelta en los barrios, ofrecer algunas propuestas de métodos de lucha; también es contribuir a hacer que en las cárceles ya existentes los individuos puedan seguir luchando y criticando la construcción de las nuevas cárceles. Aquí esta la raíz de nuestras elecciones par una lucha proyectual: desarrollar un recorrido de lucha que mine los fundamentos de la aceptación y de la resignación, y por lo tanto del mismo poder.

[Artículo sacado del dossier “Aria !”. Traduccion publicada en Fenrir n°5]

.
NOTAS
:
[1] Entre noviembre 2013 y abril 2014, se cuenta
casi una persona muerta al mes durante o después
de una intervención policial; para no hablar de las
decenas o centenares de personas que han sido
golpeadas o torturadas, en las comisarías o durante
la detención.

[2] Por ejemplo: panfletos, manifiestos, escritos,
pancartas, pequeñas concentraciones, distribución
serigrafías, proyecciones salvajes de un
cortometrage contra la nueva cárcel, discusiones en
la calle, difusión de nuestro periódico Hors Service,
y en noviembre 2014 de Ricochets, el boletín de
la lucha, la distribución de la “propaganda” en los
puntos fijos de difusión como bares, panaderías, o
otros lugares.

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