Against the maxi-prison and the world that needs it

2015/10/30

Fuego a la macro-carcel [Agosto 2015]

Filed under: Castellano — lacavale @ 17:33

Ya pasó un buen rato desde la primera y última contribución de los compañeros de Bruselas sobre la lucha contra la construcción de una macro-carcel. La idea de esta segunda contribución no es repetir los mismos elementos de análisis básicos que se pueden encontrar fácilmente en el primer número de Avalancha, sino intentar profundizar ciertas problemáticas sobre esta lucha en particular y sobre la lucha insurreccional en general.

Actualmente estamos en un punto en que ya pasaron dos años y medio de lucha contra este proyecto mórbido del Estado. Algunas viejas complicidades se han roto, otras nuevas se han forjado. Perdimos algunas ilusiones, lo que nos permitió tener una visión más clara sobre lo que hay que hacer, ofreciéndonos la oportunidad de afilar nuestras ideas y prácticas. Solamente llevando las ideas a la práctica puede uno buscar los medios adecuados para superar ciertos obstáculos, una verdadera confrontación entre el fantasma y la realidad es lo que nos acerca a una mejor comprensión de cómo poner el fuego a la pólvora y a un esclarecimiento del sentido de nuestras ideas.

Cambios en el contexto social

Durante el año pasado, ciertos elementos en el contexto social en que actuamos han cambiado y merecen un poco de atención.

Antes que nada, desde el invierno pasado el ejército reapareció en la calles belgas, protegiendo permanentemente los símbolos de posibles ataques islamistas. Después del asesinato de los presuntos islamistas en un asalto de la policía en una casa en Verviers, la alerta terrorista contra la policía y los comisariados alcanzó su máximo nivel. Como consecuencia, durante varias semanas, la policía de Bruselas no patrullaba individualmente sino siempre con dos autos, y hasta ahora hay policías armados con ametralladoras frente a las comisarías, policías que controlan cada entrada a los palacios de justicia, policías que recorren las calles con ametralladoras.

Además de la avanzada represiva (el clima de anti-terrorismo ha conocido muchas otras “avanzadas” de ese tipo), nos gustaría fijar nuestra atención a dos movimientos de agitación social. Primero las protestas contra las medidas de austeridad, generalmente muy dirigidos por los sindicatos reformistas lameculos, pero que salieron del control en noviembre del 2014. Miles de personas de diferentes horizontes se enfrentaron a la policía durante varias horas en ocasión de algo que por lo general es considerado un desfile ultra aburrido de los sindicatos. Este acontecimiento, que ocurrió en la frontera de diferentes barrios en los cuales hacemos un trabajo de agitación, puede considerarse como un poco de aire fresco en el contexto represivo pacificado de Bruselas. Una moto de la policía incendiada en reacción a la brutalidad policial que fue el inicio de todo, 112 policías enviados al hospital, un par de autos utilizados como barricadas, vandalismo. Si bien ese momento de alegría fue severamente condenado por los sindicatos (entre ellos, algunos incluso colaboraron con la policía), también ha demostrado a muchos que la rabia y el deseo de revuelta brotan debajo del proyecto pacificador de los sindicatos.

Además, durante el año pasado, se amplió un movimiento de coordinación de gente indocumentada, abriendo caminos a manifestaciones (hay que mencionar que hubo una manifestación salvaje luego de una detención, algo muy excepcional), ocupaciones, protestas, etc. Sumada a la reivindicación de una regularización general, la crítica de las fronteras está presente, igual que la atención sobre la fosa común que es el Mar Mediterraneo, la voluntad de cerrar los centros de detención y de frenar toda deportación. Consideramos pertinentes para nuestra lucha estos dos signos de agitación social mencionados aquí, construyendo puentes entre nuestra lucha y la agitación que nos rodea. No buscamos educar a nadie, sino más agitación en la calle, en el mejor de los casos de la misma manera que nosotros imaginamos las intervenciones para aumentar el conflicto, intentando abrir el horizonte hacia una situación más explosiva.

Un último elemento a tener en cuenta es la ocupación ZADista (1) del terreno de la futura cárcel, una coalición de vecinos ciudadanistas, militantes ecologistas, zadistas de todas partes y un par de individuos con quienes compartimos un poco más así como algunos compañeros, pero esta historia es tan desastrosa que no vamos a comprometernos en ella ahora. Enseguida volveremos a esta tema, cuando hablemos de desolidarización.

Una base sólida

Se puede decir que en dos años y medio de agitación (con distintos instrumentos) se ha construido una base sólida con la cual se puede imaginar mucho en algunos barrios. Sin duda hemos roto con el silencio que rodeaba este proyecto del Estado con nuestros propios instrumentos (aún si seguimos encontrando gente que nunca ha escuchado hablar de la macro-carcel, podemos decir que la palabra macro-cárcel entró en el lenguaje común en ciertas partes de Bruselas, demostrando la importancia de lo que un pequeño grupo de compañeros puede hacer, conscientes que macro-cárcel es un nombre inventado que marcará la cárcel con un sabor a lucha aún si la construcción seguirá adelante) y la propuesta de auto-organización y de acción directa contra esta cárcel y sus responsables está circulando. La difusión del periódico mensual “Ricochets” se hace sentir. Después de algunos momentos de referencia en la lucha (una ocupación en el 2013, un intento de manifestación y la ocupación policiaca del barrio en el 2014), varios compañeros decidieron abrir un espacio de referencia en el barrio popular de Cureghem (Anderlecht). En “Le Passage” hay permanencias, discusiones, cenas y otras actividades alrededor del tema de la macro-cárcel y el enfrentamiento en general, generando una esfera para personas de diferentes horizontes para encontrarse y orientar su rechazo a la avanzada represiva y a la lógica estatal en general. El que quiere hacer una evaluación cuantitativa del proyecto, enumerando la cantidad de personas que pasa cada vez que está abierto el local, no ha comprendido nada el sentido cualitativo del espacio. No hablamos de las masas, nos referimos a encuentros interesantes entre rebeldes, espíritus críticos, insatisfechos y anarquistas que discuten los instrumentos para rechazar este mundo. Cuando de repente gente que nunca debería encontrarse se encuentra en el contexto de una lucha, se produce algo interesante. Y aquí no hablamos del encuentro de representantes de grupos políticos, sino entre individuos que entienden la necesidad de oponerse a este proyecto y al Estado de manera directa. Por supuesto, la lucha no se da entre las cuatro paredes de una habitación y el interés de un espacio de encuentro y coordinación como éste depende de la calidad del combate en la calle.

Entonces las noticias de la lucha recorren las calles de ciertos barrios a través de afiches o de boca a boca (resultando a veces en historias muy exageradas, por ejemplo transformando un pequeño enfrentamiento con la policía en disturbios o la destrucción de los vidrios de una oficina ingeniera colaboradora en una ametrallada), informaciones sobre hechos que no aparecen en los medios de comunicación (como enfrentamientos con la policía) llegan a nuestros oídos a través del local. Participar en ciertas dinámicas de esos barrios abre perspectivas de comprensión mutua y de solidaridad.

El silencio de los mass media

La policía por su lado, no aprecia lógicamente los intentos anarquistas de agitación social y de insurrección y por supuesto no piensa hacer propaganda a favor de la propuesta de auto-organización y de sabotaje contra esta macro-cárcel. Sin embargo, el silencio mediático se rompió recientemente en varias ocasiones (si no contamos los repetidos intentos del comité ciudadano de habitantes de Haren – donde se planea construir la cárcel – de atraer la atención de los medios sobre su programa político, contra lo que ellos siguen llamando la “mega-cárcel”). En la espera de las últimas reuniones entre personas importantes para finiquitar los documentos oficiales para los últimos permisos necesarios antes del inicio de las obras, el arquitecto principal de la macro-cárcel comienza a lamentarse en todos los medios que lo quieren escuchar con su historia sobre un artefacto incendiario (liquido inflamable + gas) depositado frente a su domicilio el invierno pasado (o sea, varios meses antes de que los medios lo publicaran!). Aunque en la primera entrevista el imbécil niega toda responsabilidad, después cambia de táctica y declara que no entiende qué puede tener de malo la construcción de las cárceles. Aquella noticia desencadena el apetito sensacional de los buitres mediáticos, que hablan por primera vez de las acciones directas cometidas contra los que hacen ganancias con este proyecto, apuntando el dedo acusador hacia los anarquistas que son llamados terroristas. El infame arquitecto declara que todas las empresas involucradas han tenido problemas antes.

En medio de la histeria (periodistas descubren la existencia de un anarquismo militante, así como una lucha de dos años y medio contra el Estado y su programa represivo para Bruselas), lo domicilios de varios miembros de la comisión que debe dar permiso para la construcción son grafiteados. Los pelotudos responsables se asustaron y al menos uno de ellos anunció públicamente su renuncia. La reunión de consulta pública está completamente rodeada de policías y solamente se puede asistir después de un control de identidad y de los bolsos. La mitad de los miembros de la comisión están sentados en la oscuridad para que los medios de comunicación no pueden fotografiar sus rostros. Por último, en medio del espectáculo mediático, un grupo de 15-20 personas (según los medios) penetró la Agencia (estatal) de Edificios y destruyó la maqueta de la futura cárcel de una buena vez! Tal vez nuestro querido amigo y arquitecto Wachtelaer ha entendido que no debería llorar ante las cámaras a sabiendas que el eco de una acción inspira otras acciones. Después de este episodio, la decisión de la Comisión se ha retrasado varias veces y algunos políticos han declarado públicamente que ellos en realidad también están en contra del proyecto (sí, claro!), hasta el día de los allanamientos realizados por la policía antiterrorista en cuatro casas de compas y en “Le Passage”.

Antes de llegar a este punto queremos clarificar que incluso si los mass media evidentemente tienen un alcance muy amplio (presos entre ellos), el espectáculo consume todo lo que toca y que son las prácticas autónomas de noticias e ideas distribuidas por compañeros así como las discusiones entre individuos (compañeros o no) las que dan un sentido real a la lucha y no el eco mediático propagado por los buitres que carecen de excitación en sus miserables vidas. Para cerrar este capítulo sobre los mass media queremos destacar que al menos tres ciudadanos de Haren se han distanciado públicamente de todo acto de vandalismo, y esto en nombre de todos los habitantes del pueblo (y bueno, no ponemos en duda su voluntad de ser políticos ellos mismos), así como lo hicieron dos ocupantes de la ZAD en nombre de su ZAD (pues sí). Para todos los que están convencidos del uso de la acción directa, parece sabio mantenerse lejos de los politiqueros que prefieren hablar con los magistrados (que de hecho por su lado también comenzaron a oponerse al proyecto, que mierda!) antes que con las personas destinadas a ser encerrados en esta futura atrocidad. Esta clase de personas son un peligro para cualquiera que quiera arrojar una piedra y deberían ser reconocidos como tal. El discurso del Estado “de buenos y malos” es tomado muy a pecho por estos bastardos.

Allanamientos

Unas palabras acerca de los allanamiento que tuvieron lugar con el pretexto de “incitación a cometer un acto terrorista” y “pertenencia a un grupo terrorista”. La policía registró las casas de cuatro compas y el local “Le Passage”, vaciando por completo los lugares de cualquier material de agitación: stickers, carteles, volantes, folletos, periódicos entre otros. Este acto de sabotaje es una señal clara de que el Estado declara abierta la represión contra nuestro proyecto insurreccional. Nos quieren paralizar y asustar a la gente que de alguna forma se levanta contra el sueño del Estado de construir cárceles por todos lados. Quieren ahuyentar a la gente de Le Passage, quieren que tengan miedo de decir lo que piensan, quieren condenar cualquier conversación sobre el ataque contra los bastardos de este mundo, quieren eliminar las ideas de rebelión. Frente a este terrorismo de Estado hay solamente una respuesta posible: continuar oponiéndonos con todo nuestro corazón. Mientras todavía estamos fuera tenemos que hacer todo lo posible para romper la paz social en este podrido corazón de las tinieblas, en la capital de Europa, donde vemos las contradicciones de este sistema de represión y pobreza, riqueza y poder delante de nuestras narices dondequiera que vayamos.

En respuesta a los allanamientos, los compañeros se encontraron en una dinámica entusiasmante y prepararon un mitin para algunos días después. La policía ocupó una vez más el territorio para intimidar y asustar a la gente. Hay que decir que la policía es molesta, pero no olvidamos las palabras de aliento de un hombre que hemos encontrado durante la distribución de panfletos que llamaba al mitin: “Me saco el sombrero. Ustedes todavía tiene el coraje. Hay un montón de derrotismo aquí, y la gente incluso tiene miedo de decir lo que piensa.”

Y entonces…

Esta lucha nunca fue ni obvia ni fácil y en el futuro sin duda tampoco será fácil. Es una lucha basada en muchos años de actividades de agitación llevada a cabo por compañeros sobre las cárceles, los centros cerrados para inmigrantes etc. El Estado hará todo lo posible no sólo para poner a gente en la cárcel, sino para destruir todo lo que se ha construido con tanto esfuerzo para borrar la historia del anarquismo insurreccional y combativo. Además, no siempre son notorios los signos de inquietud social porque están ocultos, son silenciados por la policía o pasan desapercibidos debido al aislamiento social, que es una condición de la era moderna.

Pero incluso si no siempre somos conscientes de las consecuencias de nuestras acciones, desalentados por una atmósfera de aparente resignación general, espantados por la policía, … Bruselas hierve de rabia y debemos estar preparados. El contexto social de este pequeño país en el que vivimos se encamina hacia un desastre (si no lo estamos viviendo ya en este instante) y uno puede estar seguro de una futura explosión. La macro-cárcel es sólo un detalle en este cuadro grande, pero el ataque contra los responsables es una clara indicación para cualquier persona en conflicto contra el Estado y sus prácticas cotidianas humillantes. Esta lucha puede ser una referencia de auto-organización para el ataque contra las condiciones miserables y contra las instituciones sofocantes, y existe en la imaginación y la memoria de la gente. La lucha puede dar coraje a otros deseosos de luchar sin políticos o compromisos, cansados y hartos de este mundo. Eso es lo que el Estado pretende aplastar, es por eso que nos jugamos. Hay potencial en esta lucha, una dimensión social que puede volver las cosas incontrolables. Hay tantas personas que han leído los folletos, que vieron los carteles, que han escuchado hablar y discutir sobre la lucha contra esta prisión. Todo esto crea un pantano en el que se hace difícil para la policía entender lo que está sucediendo, y las semillas de las ideas están germinando en la mente de muchos.

Seamos claros: la lucha contra la macro-cárcel no es una lucha de los anarquistas contra el Estado, es una lucha de rechazo social contra los ataques diarios del Estado, en contra de una vida entre cuatro paredes en una ciudad prisión. Este rechazo social puede convertirse en bardo en cualquier momento, hacer huir a su policía, hacer que los politiqueros se meen en los pantalones como hemos visto antes en Inglaterra, Siria, Turquía, Estados Unidos y muchos otros lugares. Si en esos momentos de auto-organización masiva ya están presentes algunas ideas específicas sobre cómo y dónde golpear al enemigo, el Estado está en serios problemas. Por lo tanto no hay que ceder ante la presión de la policía o comenzar a ocultar nuestras ideas. Porque nuestras ideas son más poderosas que la dinamita, son semillas que pueden ayudar a que las cosas se pongan realmente fuera de control. La propagación social de la auto-organización y de la acción directa es la peor pesadilla del Estado y de todos aquellos que quieren controlar la protesta.

(1) ‘Zona a defender’, como p.e. la ZAD de Notre-Dame-des-Landes, Francia, donde activistas ocupan terrenos y casas para evitar la contrucción de un aeropuerto.

[Publicado en Avalanche, correspondencia anarquista, n°5]

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