Para contar la elección que algunxs compañerxs anarquistas han tomado de empezar una lucha específica contar la construcción de una macro-cárcel en Bruselas, nos parece necesario proporcionar algún elemento de análisis sobre las transformaciones que está sufriendo la ciudad, además de hacer un breve repaso sobre las revueltas, los motines y las luchas que ha habido dentro de las cárceles belgas en los últimos años.
El contexto de Bruselas, una metrópoli europea en construcción
Contrariamente a la imagen de una capital europea segura y bastante mortífera que las autoridades intentan crear, las contradicciones sociales también están presentes. Como en otros lugares de Europa, las condiciones de supervivencia en los barrios populares van disminuyendo. Para acabar con los disturbios de los barrios, disturbios que cuantitativamente aún no están muy extendidos pero ya son importantes; con la criminalidad de la que depende una parte cada vez mayor de la población de Bruselas para asegurarse la supervivencia; y más en general con el rechazo, quizás no generalizado pero muy palpable, de las autoridades, de las fuerzas del orden y de la legalidad, el poder ha lanzado una verdadera ofensiva. Esta ofensiva para «pacificar Bruselas» tiene múltiples aspectos.
En primer lugar, hay los numerosos proyectos para la restauración del espacio urbano, según los dueños del control social y del capitalismo. Construcción de centros comerciales; ampliación de nuevos barrios en terrenos abandonados e industriales, ampliación de la «zona europea» donde están concentradas las instituciones de la Unión Europea, construcción – sobre el modelo de una metrópoli – de una RER (Réseaux Express Regional) que comunique Bruselas con las ciudades medianas y a los países de los alrededores y, obviamente, restauración de los barrios pobres con proyectos de construcciones de lujo favoreciendo la invasión de todos los servicios necesarios para la clase media.
En segundo lugar, asistimos a un recrudecimiento de la represión. Los efectivos policiales aumentan rápidamente, haciendo de Bruselas la ciudad Europea con el mayor número de policías por 100 habitantes. Estos efectivos están estructurados en diferentes servicios para cubrir sectores específicos: policía metropolitana, policía del barrio, brigadas antirobo, unidades especiales (para hacer frente a disturbios, a los excesos… a disposición 24 horas sobre 24). Por lo tanto, como en las otras metrópoli, asistimos a la militarización de los transportes públicos; a una videovigilancia (pública y privada) muy extendida; a una violencia brutal, sistemática y homicida de la policía; a un aumento de la gestión de la prensa con la finalidad de limitar y censurar los efectos del enfado y de las revueltas… Se sobreponen así las construcciones de diferentes defensores de la represión, como el nuevo barrio general de la Policía Federal en el corazón de Bruselas, la construcción de la nueva sede Nato y finalmente la construcción de la prisión más grande de Bélgica en el territorio de Bruselas (además de las 12 nuevas cárceles ya acabadas, en obras o previstas).
En tercer lugar, también hace falta tener en cuenta la degradación general de las condiciones de supervivencia para mucha parte de la población en Bruselas. A los ojos del poder, hay una entera población que se vuelve cada vez más “superflua” para la economía, y que les conviene reprimir o
expulsar de la metropoli europea que se está creando. El desmantelamiento del estado social en curso (abolición de la desocupación y de varias ayudas, empeoramiento de las condiciones de trabajo) aumentará las contradicciones sociales. En todos los barrios de Bruselas los desempleados ya son mas del 25% y, según evaluaciones oficiales, un ciudadano sobre tres vive de subsidios por debajo de los límites de pobreza.Más que sobre los partidos políticos, la ofensiva del poder se apoya masivamente sobre los numerosos proyectos de ciudadanía, de educación y de prevención repartidos en los cuatro ángulos de Bruselas para prevenir cualquier desorden. Al mismo tiempo, gracias a todos los medios de propaganda y
de distracción, intenta eliminar de la memoria las revueltas, los disturbios o las protestas que Bruselas ha conocido. Esto hace que muchas personas se hundan en un presente sin sentido, sin pasado y sin un prometedor futuro, dejado en las manos de las mentiras y las deformaciones del poder. Mas en general, como en otros países europeos, esta lucha interviene en un contexto de «austeridad», es decir de frente a remodelaciónes económicas que van de la mano con una gestión del conflicto social. Cada sistema que atraviesa una remodelación corre un cierto riesgo. Para prevenir o poder responder adecuadamente, los Estados remodelan incluso la extensa esfera represiva. Intensificar el control social, suprimir las amenazas subversivas, construir nuevas cárceles y centros de detención, aplicar de manera cada vez mas normalizada las tecnologías de control, formar nuevas unidades de policía y del ejercito para intervenir en los desordenes… Aún que las formas de remodelación sean diferentes en cada región, la lógica es la misma: si la producción de paz social ya no está garantizada, la repressión se prepara para responder a cada alzamiento de la guerra social.
La decisión de llevar a cabo una lucha específica contra la construcción de una macro-cárcel
Des del 2006 hasta al 2011, las cárceles en Bélgica han sido sacudidas por decenas de motines, de revueltas y de evasiones. Esta agitación dentro de los muros también ha encontrado respuestas solidarias fuera, tanto por parte de anarquistas como por otrxs rebeldes. Sabiendo además que muchas personas, y cada vez más a menudo, entran y salen de la cárcel, esto es muy presente en diferentes barrios de la ciudad.
Teniendo en mente que no hay pocas experiencias en el terreno de la lucha contra la cárcel, ahora sepodrían explicar que elementos han llevado a lxs compañerxs a elegir seguir una lucha específica yproyectar contar la construcción de la macro-cárcel. Antes de todo, este proyecto de lucha quiere ser un recorrido de lucha autónoma, basado en nuestras perspectivas y nuestra temporalidad, en nuestras análisis e ideas. En este sentido, no se trata de una campaña para afrontar una situación particular, ni de una intervención anarquista en un movimiento de protesta más largo. Hemos decidido enfocar la lucha así porqué nos parecía lo más adecuado para lo que podíamos hacer aquí y nos permitiría juntar nuestras ideas, nuestras análisis y nuestros métodos de lucha en una perspectiva insurrecta.
Con esta elección queríamos emprender una lucha capaz de incluir todos los aspectos de la ofensiva del poder que hemos resumido y al mismo tiempo permitirnos desarrollar un proyecto insurrecta, o sea la elección de un terreno potencialmente preparado para difundir o desencadenar las hostilidades contra un proyecto visible y palpable del poder y que se proponga crear las condiciones de lucha para poder destruir estos proyectos. Creemos que durante su desarrollo una lucha así también puede turbar los otros aspectos
de la ofensiva del poder, y proporcionar una metodología de lucha (autoorganización, conflicto permanente y ataque) a quién quiere golpear al sistema.
El resumen de nuestras actividades de los últimos tiempos podría parecer un poco “esquemático”, con el riesgo de hacer creer que todo corresponde a un plan preestablecido. Si las discusiones sobre la perspectiva de esta lucha han tomado mucho tiempo y de algún modo han permitido elaborar a grandes líneas el proyecto de lucha, queremos aclarar que las actividades son fruto de discusiones permanentes, de iniciativas autónomas, de propuestas críticas, de encuentros con otrxs rebeldes y de ocasiones que han sido
aprovechadas.
A partir del diciembre 2012, hemos intentado estar presentes en diferentes barrios de Bruselas, uniendo la propuesta de luchar contra la construcción de una macro-cárcel a la crítica de las transformaciones en curso a Bruselas y de la cárcel en sí y por sí. Una parte importante de las actividades consiste en difundir esta propuesta de lucha con diferentes medios autónomos (es decir sin pasar a través de ninguna mediación, permaneciendo a la larga y criticando siempre las organizaciones oficiales, sindicales y políticas [2].
Las reacciones son normalmente entusiasmantes, y estas actividades a menudo dan lugar a buenas discusiones. Han seguido varias iniciativas de lucha más «precisas» durante un tiempo determinado y sobre un terreno preciso, como por ejemplo una semana de agitación en el barrio de Saint-Gilles, un fin de semana de lucha en Anderlecht con la ocupación de un edificio vacío y un montón de actividades o incluso un manifestación autónoma y una pequeña ocupación de un terreno también en Anderlecht. Estas iniciativas han permitido tantear el terreno. También han dado indicaciones sobre la
«disponibilidad» por la lucha, la constatación que muchas personas sostienen o simpatizan
con esta, aun estando al mismo tiempo cada vez más acorraladxs para sobrevivir o por las preocupaciones cotidianas con las autoridades. Además esto ha reforzado nuestra visión no-quantitativa de la lucha: más que buscar «la masa», preferimos complicidades capaces de actuar de modo autónomo y la difusión de la revuelta. Después de las iniciativas, hemos seguido por eso reflexionando sobre la importancia y las
faltas de «momentos de reflexión» y para la exención de «puntos de referencia» para lxs que están interesadxs en la lucha o querrían encontrar a las personas para compartirla, y sobre como crear espacios de lucha en que, no solo lxs anarquistas, sino también otrxs rebeldes, puedan reencontrarse y eventualmente coordinar alguna iniciativa de lucha. Si en los panfletos y en las discusiones hemos empezado a precisar mejor nuestra propuesta organizativa, hablando de «círculos de lucha» y de «grupos de lucha» contra la macro-cárcel, des de principios de octubre 2014 también se ha abierto en el barrio de Anderlecht un local, Le Passage. Se trata de un «espacio de información y de coordinación en
la lucha contra la macro-cárcel». Este es uno de los puntos donde las personas interesadas en luchar sobre una base autorganizada y autónoma contra la macro-carcel pueden encontrarse, profundizar la propia crítica y coordinarse con otrxs. Paralelamente, es tomando iniciativas ofensivas y fuertes en las calles como se crean «momentos de referencia» que consideramos importantes para lanzar dinámicas de lucha autónoma.
Al mismo tiempo, este proyecto de una nueva cárcel ha sido analizado, para sacar a la luz las posibles maneras de atacar. La propuesta llevada es doble: actuar contra los constructores, los arquitectos, los
financiadores, los administradores y otrxs responsables de la construcción (o sea, atacar el tejido económico, político y social que está entorno del proyecto de la macro-cárcel) y actuar en los barrios, allí donde el poder intenta imponer este proyecto y todo lo que comporta, volviéndolo incontrolable. Si el primer aspecto de la propuesta que llevamos a las calles y en esta lucha quizás no necesita demasiadas explicaciones, el segundo aspecto corresponde en efecto a la necesidad de difundir en el territorio, de manera descentralizada e imprevisible, la hostilidad contra el proyecto de la macro-cárcel y contra la transformación de la misma ciudad de Bruselas en un gran campo de concentración a cielo abierto. Las formas que esto asume y puede asumir, son en particular el sabotaje de las cámaras de vigilancia o de la iluminación pública, las acciones contra los transportes públicos que son verdaderos ejes a través de los que buscan imponer el orden, las perturvaciónes y bloqueos de la rutina cotidiana, los ataques contra los defensores del orden, los sabotajes a las obras de nuevos proyectos comerciales o represivos, las manifestaciones salvajes… Si esto contribuye a crear una atmósfera que favorece la revuelta, rompiendo el sofocante acorralamiento de la represión en los barrios, también permite apuntar a la materialidad de las “nuevas” formas de control aumentado de la población, igualmente indispensable para la explotación en estos tiempos modernos: los flujos de informaciones y de energía constituyen de hecho las arterias de cada ciudad-cárcel, arterias que pueden ser cortadas.
También hay que mencionar que el lugar donde la nueva cárcel esta prevista es justo al lado del «ultimo pueblo de Bruselas», Haren. La atmósfera ahí abajo es obviamente muy diferente de la de los barrios metropolitanos, pero creemos que también es importante tener una presencia allí abajo, aún que solo sea para mostrar que hay muchos más modos que los recursos judiciales o de las intervenciones mediáticas para impedir y sabotear la construcción de la nueva macro-carcel. Actualmente hay una ocupación simbólica sobre el futuro terreno de la cárcel, llevada a cabo sobre todo por activistas y habitantes del pueblo. La ocupación está focalizada en particular sobre la instalación local y ecológica que una nueva cárcel tendría, aunque también están habiendo criticas más amplias y maneras más autónomas de actuar.
La ocupación ha sido bautizada en diciembre “Zad” (zona da difendere) siguiendo el ejemplo de ocupaciones parecidas en Francia.
Nuestro objetivo quiere ser sin equivocaciones, tanto hacia lxs compañerxs como hacia las personas a quienes proponemos participar en la lucha: no queremos destruir este proyecto antes de que empiece, sabiendo que la destrucción es ciertamente un hecho material, pero no solamente. También son las relaciones sociales existentes las que permiten al poder realizar un proyecto así o hacer avanzar la intensificación de la explotación y del control. Luchar contra la construcción de la macro-cárcel significa pues crear también, atacando, las «condiciones» porqué estas pueden ser rechazadas, con los pensamientos y con los actos. Significa estimular la revuelta en los barrios, ofrecer algunas propuestas de métodos de lucha; también es contribuir a hacer que en las cárceles ya existentes los individuos puedan seguir luchando y criticando la construcción de las nuevas cárceles. Aquí esta la raíz de nuestras elecciones par una lucha proyectual: desarrollar un recorrido de lucha que mine los fundamentos de la aceptación y de la resignación, y por lo tanto del mismo poder.
[Artículo sacado del dossier “Aria !”. Traduccion publicada en Fenrir n°5]
”
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NOTAS
:
[1] Entre noviembre 2013 y abril 2014, se cuenta
casi una persona muerta al mes durante o después
de una intervención policial; para no hablar de las
decenas o centenares de personas que han sido
golpeadas o torturadas, en las comisarías o durante
la detención.
[2] Por ejemplo: panfletos, manifiestos, escritos,
pancartas, pequeñas concentraciones, distribución
serigrafías, proyecciones salvajes de un
cortometrage contra la nueva cárcel, discusiones en
la calle, difusión de nuestro periódico Hors Service,
y en noviembre 2014 de Ricochets, el boletín de
la lucha, la distribución de la “propaganda” en los
puntos fijos de difusión como bares, panaderías, o
otros lugares.